La palabra ”llamado” es usada para denotar una invocación Divina.
Aquellos que responden a esta invocación Divina (e.j. llamado) se convierten en miembros de un ”grupo de
convocados” que se denomina como hacer parte de una ”iglesia”; para lo cual iglesia quiere decir ”compañía de convocados
o asamblea”. Es correcto para las Escrituras decir que la palabra ”llamado” es una palabra
usada por el Espíritu de Dios para dar a conocer la verdad asignada.

Rom. 11:29 “porque los dones y el llamamiento de Dios son irrevocables”

1 Cor. 1:26 “Pues considerad, hermanos, vuestro llamamiento; no hubo muchos…”

1 Cor. 7:20 “Cada uno permanezca en la condición en que fue llamado.

Efe. 4:4 “…también vosotros fuisteis llamados

Efe. 1:18 “…cuál es la esperanza de su llamamiento

Fil. 3:14 “…el premio del supremo llamamiento of God…”

2 Tes. 1:11 “…os considere dignos de vuestro llamamiento,.,”

2 Tim. 1:9 “quien nos ha salvado y nos ha llamado con un
llamamiento santo,…”

Heb. 3:1 “…participantes del llamamiento celestial,…”

2 Ped. 1:10 “…sed tanto más diligentes para hacer firme vuestro llamado y elección de parte de Dios;…”

Estas diez referencias pueden ser ”divididas correctamente” en tres llamados diferentes.
No sólo las dividiremos pero estableceremos tres títulos bajo los cuales se encuentran:

(1) El llamado de Israel,
(2) El llamado de la Iglesia de Dios(e.j. la congregación llamada
entre Hechos 2 y Hechos 28:28)
(3) El llamado de la Iglesia del Misterio.

El decir que los tres llamados son dos es un error elemental.
Uno más uno más uno es igual a tres, no dos. La mayoría de la Cristiandad comete
este error elemental y no pueden distinguir entre el
llamado de la Iglesia de Dios y la Iglesia del Misterio
. Por supuesto este error no es el
resultado de un bajo coeficiente intelectual; sino es el resultado de no haber sido iluminados con la verdad por el
Espíritu de Dios.

El llamado de la Iglesia de Dios inicia en Hechos 2 en el día de Pentecostés. Este abarca de
Hechos 2 a Hechos 28:28. Este llamado fue Judío exclusivamente hasta Hechos 10. En ese momento
el Apóstol Pedro abrió la puerta para que las bendiciones del Reino al hogar de los Gentiles (los no Judíos)
de Cornelio. Así, al comenzar Hechos 10, los Gentiles pasaron a ser miembros de este
llamado al cual se le conoce como la Iglesia de Dios (Hechos 20:28). Desde Hechos 10 a Hechos 28:28,
se cree que los Gentiles fueron contados como la semilla de Abraham y sus herederos de acuerdo a la promesa
que se le hizo a él (Gál.3:29).

Durante este período de tiempo los Gentiles fueron ”injertados ” a este llamado en un esfuerzo
de ”provocar la envidia de Israel” (Rom. 11:11) . La creencia de que los Gentiles fueran considerados
como ”un olivo silvestre” (Rom. 11:17) se transformó en ”un buen olivo” – siendo ese
Israel (Rom. 11 :24) . Este injerto, dice Pablo, era ”contrario a la naturaleza” (Rom.
11:24). Este injerto de considerar a los Gentiles dentro del llamado de la Iglesia de Dios fue
con el propósito de provocar a Israel para que imitara la fe de los Gentiles. Sin embargo,
en vez de causar la imitación de Israel de la fe de los Gentiles, ha tenido el efecto contrario en ellos.
Sus corazones fueron endurecidos y ”con dificultad oyen con sus oídos; y sus ojos han cerrado;” (Hechos 28:27).

Como resultado de esto el Apóstol Pablo dice en Hechos 28:28, ”Sabed, por tanto, que esta salvación de Dios ha sido enviada a los gentiles.
” (Hechos 28:28). Con este pronunciamiento de los propósitos de Dios, el llamamiento de la
Iglesia de Dios se suspendió. El llamamiento fue dejado a un lado. La Iglesia de Dios se dejó
a la expectativa.

 Pablo escribió siete epístolas sobre este grupo convocado. Estas fueron: I y II
de Corintios, Gálatas, Hebreos, Romanos, y I y II de Tesalonicenses.

Muchos Cristianos se equivocan al reconocer la importancia que juega Hechos 28:28 en los propósitos
Divinos, pues es aquí en donde la frontera asignada se cruza. Esta verdad es de gran
relevancia. Allí converge toda la verdad presente.
Es aquí en donde la asignación Pentecostal termina y donde comienza la ”asignación de la gracia de
Dios”.

A este lado de Hechos 28:28, se forma un nuevo llamado. El llamado de la Iglesia del Misterio
comienza al ponerse a un lado a la Iglesia de Dios.

La Iglesia del Misterio ha recibido los escritos de siete epístolas de Apóstol Pablo.
Estas siete epístolas fueron escritas después de Hechos 28:28. Estas son
Colosenses, Efesios, Filemón, Filipenses, I y II de Timoteo y Tito.

Cuando los dos llamados son reconocidos como tales y no se confunden como uno, entonces se pueden hacer progresos.
”Sabiendo cuál es la esperanza de Su llamado”.

Antes que veamos la ”esperanza”, reconozcámosla en la oración de Pablo en Efesios
1:17-19,

El se refiere a llamado como el de Dios. Este es ”Su llamado”. La razón de esto es que es
Dios el Padre quien ”os da espíritu de sabiduría y de revelación en un mejor conocimiento de El”

(Efe. 1:3). Fue Dios quien nos eligió ”en El antes de la fundación del mundo” (Efe.
1:4). Fue El quien “nos predestinó a la adopción” (Efe. 1:5). Fue Dios quien
“ha impartido sobre nosotros en el Amado” (Efe. 1:6) Este llamado originado con el Padre quien
es la fuente de toda bendición y es acorde con ”toda sabiduría y discernimiento” (Efe. 1:9) Por lo tanto, es ”Su llamado”. Nosotros como miembros
de ”Su llamado” nos podemos referir a este como ”nuestro” .Deber recordarse que la referencia
a ”nuestro” es sólo en relación con nuestro sendero. En cuanto a la doctrina ”Su llamado”,
prácticamente es ”nuestro llamado”

Observe la sección de Efesios que trata del accionar práctico de la verdad
(Efe. 4, 5 y 6) en donde leemos:

“Yo, pues, prisionero del Señor, os ruego que viváis de una manera digna de la vocación (llamamiento) con que habéis sido llamados,…así como también vosotros fuisteis llamados en una misma esperanza de vuestra vocación;” (Efe.4:1, 4)

Este es ”su” llamado o ”nuestro” llamado ya que se refiere a nuestra respuesta a esta verdad.
Sólo cuando somos ” iluminados” para ver que ese es el llamado del Padre es cuando podemos
ser dignos de ”nuestro” llamado.

ESPERANZA

Se ha enfatizado que con el fin de ver ”cuál es la esperanza de Su llamado”,
la iluminación del entendimiento es un prerrequisito. Como muchos Cristianos cometen el error elemental
de confundir los ”llamados”, también agravan el problema al cometer el error adicional de
insistir que tres esperanzas son sólo dos. Los creyentes que no han recibido
”la iluminación en los ojos del entendimiento” se encuentran en una situación sin esperanza ya que son incapaces
de percibir cuál es ”la esperanza del llamado de Dios” para esta asignación.

La palabra ”esperanza” tiene muchos significados:

(1) Un deseo de algo bueno, acompañado de al menos una pequeña expectativa de obtenerlo,
o una creencia de que se puede obtener. La esperanza difiere del anhelo o deseo ya que implica
una expectativa de obtener el bien deseado, o la posibilidad de poseerlo.
La esperanza por lo tanto, siempre da placer o alegría, mientras el anhelo o deseo puede producir o estar
acompañado con dolor y ansiedad.” (continúa)

”…y la esperanza del impío perecerá, porque es frágil su confianza, y una tela de araña su seguridad. (Job 8:13-14)

Aquí el hipócrita basa su confianza en una esperaza fundada en delgadas telas de araña.
Tiene una expectativa pero sus bases son frágiles. Así, “son las sendas de todos los que se olvidan de Dios” (Job 8:13) .

(2) Confianza en un evento futuro: el más alto grado de expectativas bien basadas
un bien; como una esperanza fundada en las divinas promesas de Dios, un sentido Bíblico.

(3) Aquelo que da: él o eso que da lugar a expectativa. La esperanza de Israel es el Mesías ” (continúa)

”el SEÑOR es refugio para su pueblo y fortaleza para los hijos de Israel.”
(Joél 3:16)

(4) Una opinión o creencia equivalente a certeza, pero basada en una evidencia substancial.
” (Las definiciones presentadas son del Webster’s Dictionary de 1828.)

Entonces, podemos ver que ”esperanza” contiene la idea de expectativa y da alegría y
placer. Por supuesto, una esperanza equivocada, aunque puede dar alegría y placer, no se realizará
y se puede decir que “perecerá”.


 “Cuando muere el hombre impío, su esperanza se acaba, y la expectación de los poderosos perece. ” (Prov. 11:7)

Pero, si la esperanza está basada en la Palabra de Dios entonces la expectación se basa en unas buenas bases.
Sin embargo, no todas las esperanzas en la Palabra son las mismas. La ”esperanza de lsrael” (Jer.
14: 18, Hechos 28:20) estaba basada en promesas que Dios hizo a los padres de Israel. Observe la
referencia del Nuevo Testamento a la esperanza en donde Pablo dice a Agripas:

“Y ahora soy sometido a juicio por la esperanza de la promesa hecha por Dios a nuestros padres: que nuestras doce tribus esperan alcanzar al servir fielmente a Dios noche y día.” (Hechos 26:6-7)

Aquí se establece que la esperanza a futuro es aquella que está basada en una promesa. Es una
promesa específica ”hecha por Dios a los padres”. Esta esperanza no puede confundirse
con ”la esperanza ”que es El Cuerpo”. La referencia es claramente una promesa a las
“doce tribus”.

Aunque no haremos intento alguno de abarcar por completo las doctrinas que encierran a la palabra
“esperanza” concluimos que esta implica la expectativa de alcanzar una
promesa específica de Dios. Así, cuando una promesa específica de Dios se acepta, el creyente
experimenta placer y alegría ya que esta esperanza se presenta ante sus ojos.

Ahora surge la pregunta. ”¿Cuál es la esperanza del actual llamado?” Debería
entender que cada uno de los llamados de Dios ha tenido su propia promesa específica relacionada
con su esperanza. Cada compañía de la obra de Dios no llevará a la misma esperanza.

Existen al menos tres esferas diferentes de bendición enunciadas en el Nuevo Testamento:
1.La tierra
2.La ciudad de los cielos
3.Más allá de eso
Tres compañías diferentes de creyentes disfrutarán la realización de sy esperanza en una de las tres
esferas.

El Reino estará en la tierra. Los ”sobrevivientes” del Viejo Testamento, el período de Hechos
y las Tribulaciones disfrutarán de la Nueva Jerusalén. El ”Cuerpo” habitará
”lugares celestiales”. Los tres llamados no tienen la misma esperanza. Es decir, nuestro llamado
relacionado con el Reino es para robar las bendiciones de otro grupo de gente y
lograrlas para nosotros. De igual forma, el insistir en que la Iglesia del Cuerpo logrará
su esperanza en la ciudad de los cielos, la Nueva Jerusalén, es robar la promesa de otro grupo de
creyentes.

Cuando el ”Padre de la Gloria” interviene en el corazón del creyente y causa la luz
para iluminar su entendimiento, entonces el creyente recibe la capacidad de ”saber
cuál es la esperanza de Su llamado”. Hasta que esto no pase, el Cristiano no será capaz
de apreciar la gloriosa esperanza de la Iglesia.

Una vez ha sido iluminado para saber cuál es la esperanza de esta asignación, entonces y sólo entonces
uno puede esperar ”conservar la unidad del espíritu” (Efe. 4:3) . Una
parte integral de la unidad establecida por el Espíritu es la “única esperanza”
de nuestro llamado. Con el fin de conservar (e.j. guardar) la ”esperanza” debemos, saber cuál es.
El creyente no puede pasar por alto o ”esforzarse en conservar” aquello que no conoce.

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